Acrópolis
Un proyecto ambicioso y con un concepto único que intentó emular la fachada del partenón pero sustituyendo el mármol del monte pentélico por pilares de yeso y esculturas de fibra de vidrio, el templo perfecto para una Atena con gustos kitsch.
Pero debido a la codicia y los espacios designados para los comerciantes del tamaño de una ratonera, llevó cuesta abajo a esta cursi obra de arquitectura. El espacio olvidado terminó siendo un lugar apestando a humedad y el encuentro clandestino para llevar acabo batallas de Gotcha antes de que el vigilante los corriera a silbatazos.